Mittwoch, 27. Januar 2016

El Papa Francisco Trae Su Doble Discurso A México

NO NECESITAMOS UNA MISERICORDIA FALSA
¡NECESITAMOS LA VERDADERA EMANCIPACIÓN!

El 12 de febrero aterriza el Papa Francisco en México. Hablará con familiares de desaparecidos, indígenas, migrantes, y otros perjudicados por el funcionamiento del sistema capitalista-imperialista que domina el mundo. Se compadecerá de los pobres, denunciará algunas de las injusticias, criticará el “consumismo” y “la cultural del descarte”, y tal vez “la falta de voluntad política” de los gobernantes, pero NO condenará el sistema que causa todo este sufrimiento. También hablará con Enrique Peña Nieto, la jerarquía católica del país y otros poderosos. Jorge Bergoglio tiene presente la crisis de legitimidad del Estado mexicano, sabe del encubrimiento de los asesinatos y desapariciones de los normalistas de Ayotzinapa y decenas de miles más, de otras masacres cometidas y encubiertas por fuerzas del Estado, de la apabullante pobreza de la mayoría, la patente corrupción y complicidad del Estado con el crimen organizado y la impunidad casi absoluta de los uniformados y autoridades criminales. El Papa intentará canalizar el hartazgo y la ira popular por un callejón sin salida; predicará la paz social y la reconciliación entre los opresores y los oprimidos, y condenará la lucha revolucionaria que hace falta para ponerle fin al actual sistema y todo el sufrimiento innecesario que conlleva.

Francisco tiene la encomienda de ponerle una nueva cara a la Iglesia católica. ¿Por qué? Porque vivimos tiempos de crisis en un mundo de intolerables injusticias, degradación, miseria y muerte innecesarias, y una crisis ambiental en que peligran los ecosistemas que sostienen la vida en la Tierra. En estas condiciones, la Iglesia necesita tener un discurso más “compasivo” con los desposeídos, en aras de recuperar su influencia sobre la gente, que ha disminuido por varias razones, como: la protección papal de sacerdotes, obispos y nuncios que abusan sexualmente de menores de edad; los escándalos del Banco del Vaticano, por favorecer a los poderosos y desamparar a los pobres; su moral de la Edad de las Tinieblas que intentan imponer, reduciendo a las mujeres a “vientres” que “dan vida”, condenando como “diabólica” toda sexualidad que sea para el placer, la intimidad y el amor, y NO para la reproducción de la especie.
Por “los siglos de los siglos”, la Iglesia y su doctrina han propagado la superstición, la ignorancia, la obsecuencia ante el Poder, la dominación de los hombres sobre las mujeres, de los blancos sobre las demás “razas”, y de las clases poseedoras sobre los desposeídos. El Papa Francisco intenta actualizar la imagen de la Iglesia, sin cambiar nada esencial de su ideología y su misión.
Veamos el doblez de la nueva imagen del Vaticano:
1. Bendecir el genocidio de los pueblos indígenas:   Hablando de la Conquista, Francisco ha dicho, "Hubo pecados y abundantes, por eso pido perdón, pero donde hubo pecado sobreabundó la gracia". La conquista y colonización de los pueblos originarios no son “pecados” contra “Dios” sino un genocidio físico y cultural que eliminó más del 95% de la población original en el interés de las potencias europeas y el capitalismo incipiente. Según el Papa este genocidio fue principalmente positivo, porque “sobreabundó la gracia”, gracias a los “sacerdotes y obispos que se opusieron firmemente a la lógica de la espada con la fuerza de la cruz”. En realidad, tanto la cruz como la espada fueron herramientas esenciales para el sometimiento de los pueblos originarios al dominio de los reyes españoles y la autoridad del Papa. En Michoacán, Bergoglio tratará de identificarse con “Tata Vasco”, (Vasco de Quiroga), y en Chiapas a Bartolomé de las Casas. Ambos criticaron la esclavitud de los indígenas (aunque de las Casas defendió la esclavitud de los africanos) y finalmente fueron favorecidos por los reyes de España cuando estos empezaron a buscar formas menos cruentas para someter a los pobladores, ya que sus matanzas provocaron mucha resistencia a la “evangelización”. Cuando fue a Estado Unidos, Francisco declaró “santo” a Junípero Serra, sacerdote que esgrimió la cruz y la espada para esclavizar a los indígenas en las minas de Sudamérica y en las “misiones” de la costa del oeste de lo que ahora es Estados Unidos. El sistema de misiones llevó a la muerte de más de 60,000 amerindios de 1769 a 1821. Las enormes riquezas sacadas sobre los huesos y la sangre de millones de indígenas y negros fue gran parte de la base sobre la cual el capitalismo subió a dominar al mundo.
2. Esclavizar a las mujeres y satanizar a las lesbianas, gays, bisexuales y transgéneros (LGBT): La Iglesia católica es un pilar del patriarcado y el sometimiento de la mujer por el hombre. Niega el derecho al divorcio, a los anticonceptivos y al aborto, y predica que la “vocación” de la mujer es ser madre y sirvienta de la familia. El Papa Francisco ha dicho, “me gusta describir la dimensión femenina de la Iglesia como vientre acogedor que regenera la vida”. Sintetiza el papel de las mujeres con cuatro verbos: “desear, dar a luz, cuidar y dejar ir”. Durante muchos siglos esta doctrina ha condenado a millones de mujeres a quedarse en matrimonios abusivos, incluso hasta la muerte a manos del esposo, a quien la Biblia sentencia obediencia. Ha condenado a millones de mujeres a la maternidad forzada, a la muerte por la falta de abortos seguros y legales, y a sentir culpa si trabajan fuera del hogar, si deciden controlar su propia reproducción, si deciden no tener hijos, y si luchan por ser respetadas como seres humanos iguales y por participar plenamente en la sociedad. Hablando de las mujeres, el Papa Francisco dice, “hay un solo modelo para ustedes, María: La mujer de la fidelidad, la que no entendía lo que le pasaba pero obedeció.”  Así se hace eco de pasajes misóginos de la Biblia, como Timoteo 2:11-15 “La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. Porque Adán fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en trasgresión…”
Durante este año, Francisco ofrece “perdón” a las mujeres que “se arrepienten” del “pecado” de abortar. Esta supuesta “misericordia” es una manera de volver a demonizar y tratar de someter a toda mujer que tiene la audacia de insistir que solo ella, y NO el Estado, ni la Iglesia, ni nadie más, van a decidir si tendrá o no un hijo. El Vaticano sigue imponiendo leyes en muchos países que criminalizan el aborto y llevan a la muerte o el encarcelamiento de muchas mujeres por abortos (incluso espontáneos). Ya lo han hecho en 18 estados en México. No lo hacen para “proteger la vida”, sino para someter a las mujeres a la autoridad masculina, que es un cimiento fundamental de toda sociedad basada en la explotación.
El Papa también ofrece su “misericordia” a las personas LGBT, que tampoco tienen nada de qué pedir “perdón”. Al contrario, la Iglesia católica debe renunciar a su visión enfermiza de que toda relación sexual que no es para embarazar a una mujer es “pecado”. Este Papa, supuestamente compasivo, dice que la legalización del matrimonio gay es “la obra del diablo”.
3. El Papa ante la “guerra sucia” y la sumisión de los pobres: Francisco dice luchar por la “justicia” para los pobres, pero su verdadera posición sobre los oprimidos se reveló entre 1976 y 1983 en Argentina, cuando generales fascistas apoyados por Estados Unidos hicieron un golpe de Estado y secuestraron, torturaron y “desaparecieron” a hasta 30,000 personas. Algunos curas y hasta unos prelados de la Iglesia católica se opusieron al régimen fascista y el régimen asesinó a cien sacerdotes, monjas y otros clérigos, incluido un obispo, Enrique Angelelli. Jorge Bergoglio, cardenal en ese tiempo, ordenó que sus sacerdotes dejaran de apoyar a la  resistencia antifascista e incluso que dejaran de trabajar en las “ciudades miseria” porque quienes detentaban el poder consideraban que tal actividad era sediciosa. Bergoglio fue cómplice en la detención, la tortura y el destierro de curas disidentes y legitimó a los generales fascistas al aparecer en público y celebrar misa con ellos. La “misericordia” del Papa solo se extiende a los pobres que acepten el sistema que les oprime.
4. Engañar sobre el calentamiento global:   En su encí-clica (“Laudato Si”), Francisco denuncia muchos aspectos de la crisis ambiental, reconoce el calentamiento global, critica la “inacción” de los gobiernos y los poderosos, pero no denuncia el sistema capitalista que destruye la Tierra y explota a la gente. Solo denuncia la “actividad humana” en general, los “pecados” del hombre y los excesos e injusticias del sistema. Además, el Papa elogia los acuerdos de la conferencia climática internacional en París (COP21), aunque todas las metas acordadas de reducir emisiones de gases invernaderos son voluntarias, y aun si se cumplieran (que es muy poco probable), las emisiones todavía llevarían a un aumento de temperatura de por lo menos 3º C, el doble del límite necesario que señalan la mayoría de los científicos (1.5º C). Francisco, igual que Obama, Peña Nieto y otros representantes del orden capitalista, solo busca “manejar” la crisis ambiental y encauzar el creciente descontento y preocupación por el futuro del planeta por caminos que refuerzan el mismo sistema que lo ha causado.
5. Seguir encubriendo a pederastas clericales: El Papa habla de una supuesta “tolerancia cero” hacia el abuso sexual de menores por curas, pero en los hechos sigue encubriendo estos crímenes. El caso del nuncio apostólico en la República Dominicana Josef Wesolowski subraya esta hipocresía. Fue acusado de decenas de casos de pederastia y estaba a punto de ser detenido cuando Francisco ordenó sacarlo de incógnito para llevarlo al Vaticano, donde lo protegió de la extradición. Después, fue encontrado muerto en su habitación en el Vaticano, justo antes de que comenzara su juicio por el tribunal del Vaticano.
6. Contribuir al genocidio por la epidemia del SIDA y VIH: El Papa Francisco llevó su “misericordia” a Uganda, donde abrazó y besó a niños seropositivos, a la vez que reafirmó la prohibición de la Iglesia del uso de condones, que salvaría cientos de miles de vidas humanas. Insistió que ya que la gente muere de muchas otras causas, no tenía importancia que hablara sobre “esa tirita de plástico”. ¿Qué decir de una moralidad que elige prohibir el uso de un anticonceptivo, en vez de salvar la vida de cientos de miles de personas?
Luchemos por una moralidad radicalmente distinta y un mundo mucho mejor
En vez de esta moral asesina e ignorante que somete a la humanidad, necesitamos un enfoque y una moral que corresponden a la realidad y contribuyen a emancipar a la humanidad. Como señala Bob Avakian (Lo BAsico 4:17): “La noción de un dios, o dioses, la inventó la humanidad en su infancia debido a la ignorancia. La han perpetuado las clases dominantes por miles de años desde entonces al servicio de sus intereses de explotar y dominar a la mayoría de la gente y mantenerla esclavizada bajo la ignorancia y la irracionalidad. Gestar un mundo y futuro nuevo y mucho mejor para la humanidad implica derrocar a tales clases explotadoras y liberarse de tal ignorancia e irracionalidad esclavizante y dejarla atrás para siempre”.
Aurora Roja
Voz de la Organización Comunista Revolucionaria, México
aurora-roja.blogspot.com        auroraroja.mx@gmail.com

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